Wade Wilson: Crimen, Pena de Muerte y el Fenómeno Social

Introducción

Como Reprogramadora y creadora del Método de Reprogramación FicuVIR, he observado que los crímenes brutales, como los cometidos por Wade Wilson, van más allá de la violencia física. Wilson, condenado a la pena de muerte por los asesinatos de dos mujeres en Florida, ha generado una fascinación inquietante en algunas personas, quienes lo consideran atractivo, ignorando la magnitud de sus actos.

Sin embargo, cuando exploramos el tema desde una perspectiva más profunda, descubrimos que estos crímenes no solo están ligados a la psicología del agresor, sino también a energías y entidades que conectan a víctimas y perpetradores. Esta visión, apoyada por estudios esotéricos como la demonología y la criminología espiritual, revela un ciclo de violencia que no puede romperse únicamente con medidas punitivas. Es aquí donde mi método Reprogramación FicuVIR puede ofrecer una solución integral.

El Caso de Wade Wilson y la Ineficacia de la Pena de Muerte

El 7 de octubre de 2019, Wade Wilson fue hallado culpable del asesinato de Kristine Melton y Diane Ruiz en cuestión de horas. Durante su juicio, su frialdad y desapego dejaron a muchos perplejos. A pesar de su condena a muerte, cabe preguntarse: ¿la pena capital realmente resuelve el problema de fondo? La respuesta, desde mi experiencia, es negativa.

El castigo físico puede eliminar al criminal, pero no soluciona los complejos aspectos espirituales y energéticos que perduran después de la muerte. A través de mis estudios, he observado que la conciencia de los agresores persiste en un plano al que llamo el “Segundo Cielo”, un limbo en el que las almas con asuntos no resueltos permanecen atrapadas. En muchos casos, estas entidades pueden continuar influyendo en el plano terrenal, conectándose con otros individuos a través de lo que denomino “enganches energéticos” y telepáticos. Eliminar el cuerpo físico no es suficiente para detener la propagación de la violencia.

El Método FicuVIR: Liberación Integral del Agresor y las Víctimas

El enfoque de mi Método FicuVIR es romper este ciclo, no solo liberando al agresor, sino también a las víctimas y a las entidades implicadas en el proceso. Esto no es algo que se pueda abordar con los métodos tradicionales, como exorcismos o estudios de criminología convencionales. Mi método actúa a nivel energético, reprogramando tanto a las almas de los agresores como a las víctimas, para que ninguna de ellas quede atrapada en el ciclo de violencia.

Este tipo de reprogramación energética es esencial, ya que muchas veces el agresor es también víctima de una entidad o fuerza que lo empuja hacia el mal. En ese sentido, la reprogramación no solo detiene la perpetuación de la violencia, sino que también impide que esta afecte a futuras generaciones, tanto de víctimas como de agresores.

Dimensión Invisible y Egregores: La Influencia Colectiva

Una de las características más inquietantes del caso de Wade Wilson es la fascinación que genera en ciertas personas, a pesar de la brutalidad de sus crímenes. Esto puede explicarse a través del concepto de egregor, una entidad que surge de la conciencia colectiva de un grupo de personas que comparten pensamientos o emociones similares. El egregor en este caso puede tomar la forma de una fascinación peligrosa, que puede normalizar conductas antisociales o violentas.

Este fenómeno no es nuevo; lo hemos visto a lo largo de la historia, como en el caso del nazismo bajo Hitler, donde la conciencia colectiva de odio y violencia impulsó atrocidades masivas. La admiración por criminales como Wilson es un claro ejemplo de cómo un egregor puede nublar el juicio moral y perpetuar patrones destructivos en la sociedad.

La Necesidad de un Enfoque Integral en Criminología

En la criminología contemporánea, es crucial ir más allá del análisis tradicional de perfiles psicológicos o conductuales. Disciplinas como la demonología, la fisiognomía, el lenguaje corporal, la numerología o incluso el análisis simbólico de tatuajes pueden revelar conexiones energéticas y espirituales que influyen en los criminales.

No sugiero que estos estudios deban reemplazar el enfoque científico tradicional, sino que deben integrarse para ofrecer una visión más amplia del comportamiento humano. El crimen tiene capas más profundas que solo los motivos materiales o psicológicos; es necesario reconocer el papel de las influencias espirituales y energéticas para comprender verdaderamente la naturaleza del mal.

La Relevancia del Método FicuVIR en el Rompimiento de Ciclos Energéticos

Mi Método de Reprogramación FicuVIR ofrece una solución integral al problema del crimen. A través de una reprogramación energética profunda, no solo se libera a las víctimas, sino también a los agresores y las entidades que los rodean. Este enfoque es esencial para evitar que estos ciclos de violencia y sufrimiento se sigan propagando en las generaciones futuras.

Al romper estos lazos energéticos, evitamos que las almas queden atrapadas en el “Segundo Cielo” y ponemos fin a la influencia de entidades que alimentan la violencia en este plano y en otros. Sin esta intervención, tanto víctimas como agresores continúan repitiendo los mismos patrones destructivos, afectando a sus descendientes y perpetuando el ciclo de sufrimiento.

Conclusión

El caso de Wade Wilson es un recordatorio de que el crimen no se limita al acto físico de violencia. Existen fuerzas más profundas, tanto espirituales como energéticas, que conectan a víctimas y agresores. La pena de muerte o el encarcelamiento no abordan estas conexiones; solo un enfoque integral, como el que propone mi Método FicuVIR, puede ofrecer una solución real y duradera.

No podemos seguir interpretando los actos criminales de manera lineal. Es fundamental que despertemos a la realidad de que, en algún momento de nuestras vidas, todos estamos involucrados en ciclos de víctima y agresor. Solo a través de una reprogramación multidimensional consciente podemos romper estos ciclos y avanzar hacia una verdadera sanación.

Recuerda siempre: el asesino tiene a un agresor enganchado, actuando desde el Segundo Cielo a través de él. Su mente no es suya, sino la de una entidad que disfruta del daño causado. Evita comerte la manzana prohibida, pues en alguna de tus vidas, tú serás la manzana.

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